Cuando llega la primavera, Cataluña se transforma en un estallido de colores, olores y naturaleza. Los campos reverdecen, los árboles florecidos dibujan paisajes de postal y los ríos recuperan la fuerza. Es la época perfecta para coger la mochila, cargar bien el móvil y salir a descubrir rincones espectaculares. Si quieres disfrutar de la naturaleza en todo su esplendor, aquí tienes algunos de los mejores paisajes de primavera del país. ¡Descúbrelos todos!
1. Los campos de colza del Empordà

Cuando comienza la primavera, el Bajo Ampurdán se viste de amarillo intenso gracias a los campos de colza que se extienden por la llanura. La combinación de estos mantos dorados con el azul del cielo y el verde de las Gavarres crea un contraste impresionante. Para vivirlo de cerca, te recomendamos hacer una ruta en bicicleta por los mejores pueblos medievales de la Costa Brava como Pals, Peratallada y Palau-Sator. Además de las vistas, disfrutarás de un ambiente tranquilo y del encanto medieval de estas villas.
2. El Hayedo d'en Jordà en plena explosión verde

Sabemos que es uno de los paisajes clásicos del otoño, pero sigue leyendo porque la Fageda d'en Jordà también es espectacular en primavera. Las hayas despiertan de su sueño invernal con un verde alucinante, todo un regalo para los sentidos y para tu perfil de Instagram. Una excursión imperdible si quieres entender por qué Joan Maragall le dedicó un poema.
3. Los cerezos en flor de Sant Climent de Llobregat

No hace falta ir hasta Japón para disfrutar de la floración de los cerezos. En Sant Climent de Llobregat, a pocos minutos de Barcelona, cada primavera la flor del cerezo tiñe de blanco los valles de la riera de Salom, del camino de can Bori y al pie de la montaña de Sant Ramon. Si vas en los meses de marzo o abril, podrás hacer rutas entre los campos floridos y conocer de cerca la tradición del cerezo del municipio. Además, en mayo se celebra la Feria del Cerezo, donde podrás degustar las primeras frutas de la temporada.
4. Las aguas bravas del Desfiladero de Mont-rebei

La primavera es el momento ideal para visitar el Congost de Mont-rebei, cuando el caudal del río Noguera Ribagorzana aumenta y sus aguas adquieren un color azul turquesa fascinante. La travesía del congost, ya sea a pie o en kayak, se convierte en una experiencia aún más inolvidable. Entenderás por qué es uno de los espacios naturales más singulares de los Prepirineos.
5. Los prados florecidos del Valle de Boí

Con la llegada de la primavera, los prados alpinos del Valle de Boí se cubren de mil flores de todos colores. Es un momento inmejorable para recorrer los caminos del Parque Nacional de Aigüestortes y Lago de Sant Maurici, donde el agua vuelve a circular con fuerza y la alta montaña comienza a deshacerse de la nieve. Antes de irte, no olvides pasar por los pueblos del valle, como Taüll y Erill la Vall, y visitar las iglesias románicas del Valle de Boí declaradas patrimonio de la humanidad.
6. El Delta del Ebro en su máxima esplendor

En la primavera, el Delta del Ebro es todo un festival. Los campos de arroz empiezan a inundarse y crean un espejo de agua espectacular. Además, es una de las mejores épocas para ver flamencos y otras aves migratorias que hacen parada en este paraje natural único de Cataluña. Un paseo en bicicleta por los caminos del delta o una excursión en barco hasta la desembocadura del río son experiencias inolvidables que podrás hacer en el Delta del Ebro que triunfarán en Instagram.
7. Las pozas de la Garrotxa, una escapada refrescante

Con el deshielo y las lluvias primaverales, las pozas de la Garrotxa se convierten en un paraíso de agua cristalina y cascadas espectaculares. Rincones como el Gorg Blau de Sant Aniol d'Aguja, el Gorg de la Plana o el Molí dels Murris son ideales para disfrutar de una excursión rodeada de naturaleza exuberante y tomar unas fotos impresionantes. Eso sí, si eres valiente, no olvides el bañador, porque aunque el agua esté helada - que lo estará-, la tentación de bañarse es irresistible.
8. Los campos de amapolas de la Segarra

Si buscas un paisaje primaveral diferente, la Segarra te ofrece un espectáculo efímero y sorprendente. Entre los meses de abril y mayo, los campos de cereales se tiñen de verde y rojo con las amapolas que crecen por todas partes. Es uno de los paisajes más fotogénicos de la primavera catalana y un motivo excelente para recorrer esta comarca de pueblos llenos de historia.
9. Los almendros en flor de las Terres de Ponent

Antes de que llegue el calor, los almendros de Lleida regalan uno de los primeros señales de la primavera. Su floración, que suele tener lugar entre febrero y marzo, es uno de los espectáculos naturales más delicados y efímeros del año. Para vivirlo en su máxima esplendor, te recomendamos, por ejemplo, la Ruta de la flor rosa del melocotonero de Aitona. Una visita exclusiva a los campos de la mano de los mismos agricultores. Puedes ir de lunes a domingo. La ruta se puede hacer a pie, en bicicleta, en quad o en globo. Aprovecha para visitar la ciudad de Lleida y sus imprescindibles.
La primavera en Cataluña és un regalo para los sentidos y una época perfecta para reconectar con la naturaleza. Tanto si prefieres paisajes de montaña como disfrutar de los caminos de ronda cerca del mar, campos floridos o bosques frondosos, seguro que encontrarás tu rincón ideal para disfrutar de esta estación mágica. Así que ya lo sabes, elige la mejor casa rural, coge la cámara y ¡ponte unas buenas zapatillas!