La Ruta del Cister, entre las comarcas del Alt Camp, la Conca de Barberà y el Urgell, es una marca turística creada en 1989 con el objetivo de dinamizar y promover los monasterios cistercienses de Santes Creus, Poblet, Vallbona de les Monges y los pueblos que los rodean. Es la oportunidad de conocer un territorio, el del interior de la Costa Dorada, de alto valor natural y arquitectónico. Desde Naturaki te animamos a descubrir todos los secretos que esconde la Ruta del Cister.
Monasterio de Santes Creus

Comenzamos nuestra ruta visitando el Real Monasterio de Santes Creus, situado en la ribera del río Gaià. Fundado en 1160, el momento álgido de Santes Creus fue entre los siglos XIII y XIV. Los reyes Pere el Gran, Jaume II y su esposa, Blanca de Anjou, fueron mecenas del monasterio y eligieron ser enterrados aquí, en dos mausoleos góticos junto al altar mayor. También está enterrado el almirante Roger de Llúria. En el monasterio de Santes Creus, a diferencia de Poblet y la Vallbona de les Monges, no hay vida monacal desde el año 1835. Por eso, algunas dependencias actualmente se han convertido en museo. Vale la pena que te fijes, sobre todo, en el claustro, que es precioso, y la iglesia, donde encontrarás unas vidrieras originales del siglo XII que son alucinantes. Si quieres pasear un rato, saliendo del monasterio, al otro lado del río Gaià, encontrarás un recorrido de unos ocho kilómetros que te permitirá descubrir el patrimonio de piedra seca.
Vila-rodona

Vila-rodona está muy cerca de Santes Creus y te recomendamos que hagas una parada porque podrás ver el Columbario romano, el monumento visitable más antiguo de la comarca. La construcción del Columbario está relacionada con un ritual religioso funerario: la incineración que estuvo vigente en el mundo romano hasta el primer tercio del siglo II d.C. Los restos del difunto se colocaban sobre una pira de leña y eran quemados y guardados en urnas. Alrededor del siglo V a.C., las urnas cinerarias se depositaban en unos edificios de planta circular o rectangular que disponían de nichos adosados a las paredes. Puedes hacer una visita guiada solicitándola en el Ayuntamiento.
Valls y Montblanc

Antes de ir al Real Monasterio de Santa María de Poblet, te recomendamos que hagas una parada en Valls y en Montblanc, dos de nuestros destinos preferidos de la provincia de Tarragona. Valls es la capital de las tradiciones populares, si vas un viernes y te gustan los castellers, vale la pena que te acerques al local de ensayo de las dos colles castelleras, la Colla Vella y la Colla Joves dels Xiquets de Valls. También vale la pena la villa medieval de Montblanc, donde se ubica la leyenda de Sant Jordi, y pasear por sus calles hasta llegar a las murallas, el palacio-fortaleza de Castlà, la iglesia de Sant Miquel o la de Santa Maria la Mayor. Si quieres tomar una buena fotografía, sube hasta el Pla de Santa Bàrbara. Tendrás una panorámica maravillosa del pueblo.
Real Monasterio de Santa Maria de Poblet

Ahora sí. Próxima visita: Real Monasterio de Santa Maria de Poblet. Es el único de los tres monasterios de la Ruta del Cister que es Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Según decía Josep Pla, “Poblet es más bello por su arquitectura que por sus detalles escultóricos, que son de una sobriedad y una simplicidad prodigiosas”. Y ciertamente, su aspecto es majestuoso. Más propio de un castillo que de un monasterio. Su construcción comenzó a mediados del siglo XII, cuando Ramón Berenguer IV acababa de conquistar estas tierras. Vale la pena que te detengas a visitar el claustro, un espacio alegre y luminoso, así como la iglesia, donde podrás ver un magnífico retablo de alabastro del siglo XVI y, evidentemente, las tumbas de los ocho reyes y las seis reinas de la Corona de Aragón. Al acabar, es muy recomendable una visita a las Cuevas de la Espluga de Francolí, muy cerca de Poblet. Se trata de una de las cavidades más largas del mundo formadas en roca de conglomerado. Ideal para los amantes de la espeleología. Y si lo que quieres es disfrutar de unas vistas impresionantes, puedes ir al mirador del Tossal de la Creu, desde donde tendrás una panorámica extraordinaria del entorno del monasterio.
Monasterio de Santa Maria de Vallbona

Llegamos al monasterio de Santa Maria de Vallbona, el tesoro menos conocido y sorprendente de la Ruta del Cister. Se trata del cenobio cisterciense femenino más importante de Cataluña. Fundado en el siglo XII, actualmente aún es habitado por una comunidad de monjas. Si bien el aspecto es más humilde que los otros dos monasterios, vale la pena visitarlo y conocer su claustro austero, de los siglos XII-XV, la sala capitular o la iglesia de Santa María, de una sola nave con cubierta de crucería ojival, de crucero muy pronunciado y ábsides cuadrados. El cimborrio-campanario, en forma de linterna octogonal acabada en pirámide, es un ejemplar único y una de las obras más atrevidas de la arquitectura medieval. En el interior de la iglesia, caracterizado por la sencillez y los juegos de luz, están las tumbas de la reina Violant de Hungría, esposa de Jaime I, y de la hija de ambos, la princesa Samsa de Aragón. Vallbona ha sido siempre un centro de vida contemplativa, de cultura, de trabajo y de oración, y desde el siglo XIII existió una escuela monacal, donde recibían formación las hijas de la nobleza.
Santa Coloma de Queralt

Acabamos nuestra particular Ruta del Cister visitando el pueblo de Santa Coloma de Queralt, en la Conca de Barberà, desde donde podrás hacer rutas de senderismo y BTT, como la de la Creu de Barràs o la ruta de los Molinos. Muy recomendable también la ruta monumental, ideal para descubrir el patrimonio de la villa, como el Castillo de los condes, la judería, la iglesia gótica o el convento de Santa Maria de Bell-lloc, entre otros.
Mapa de la Ruta del Cister:
Si te gusta la historia y disfrutas visitando el patrimonio arquitectónico y cultural, te recomendamos leer nuestro artículo donde te hablamos de los 10 monasterios más emblemáticos de Cataluña.