Artesa de Lleida en tiempos de templarios y hospitalarios
En tiempos de reconquista,
Ramon Berenguer IV cedió unas tierras del
Valle de la Femosa a
Arnau de Artesa . Ribelles fue una de las casas más importantes de la edad media y por eso la localidad recibió el nombre de
Artesa de Ribelles . Las tierras de Artesa pasaron, más adelante a manos de los templarios y después a las de los hospitalarios, quienes adquirieron el pleno control de la villa hacia el año 1380.
La villa fue creciendo, en parte gracias a la construcción del
Canal de Urgell y, a pesar de su proximidad de la capital, experimentó un descenso desde mediados del siglo XX.
¿Qué puedes ver si pasas unos días en una casa rural en Artesa de Lleida?
La Vileta , la parte antigua del pueblo, esconde algunas casas antiguas de grandes portales y una de las más conocidas es Casa Gallart . En el centro de la Vileta, descubrirás la iglesia parroquial de Sant Miquel , de estilo neoclásico del s.XVIII.
Es muy interesante visitar el edificio del Ayuntamiento, que custodia en su sótano el Museo Local Arqueológico , donde podrás encontrar magníficas piezas íberas y romanas de diferentes yacimientos de la zona.
¿Qué puedes hacer en Artesa desde tu casa rural?
Te animamos a que hagas un pedacito del
camino de Sant Jaume, que empieza en los Pirineos y pasa por este municipio; concretamente el tramo de Almadraba de Seana hasta la ciudad de Lleida puede hacerse a pie o en BTT.
También, puedes llegarte al
Espacio Natural Protegido de Mas de Melons y disfrutar del senderismo en un paraje estepario.
Y, para aquellos que prefieren dar un paseo por los alrededores del pueblo, recomendamos salir desde la calle
Sant Ramon y hacer camino hasta la
ermita de Sant Ramon Nonat , un edificio pequeño del s.XVIII, al que peregrinan los habitantes de Artesa de Lleida cada 31 de agosto.
Y no puedes olvidarte de...
No te puedes olvidar de probar los platos más típicos de Artesa de Lleida: la cassola de tros (cazuela de la huerta) , hecha con patatas, verduras, salchichón y chuleta de cerdo y, como no, las orelletes, un dulce postre crujiente elaborado con huevos, harina y algo de anís.