La chimenea: imprescindible del invierno en la gran mayoría de nuestras casas. Nos da calor, nos hipnotiza y nos relaja… Nos puede crear un ambiente romántico si lo deseamos o bien un ambiente de conversaciones infinitas junto al fuego con la familia y los amigos. Nos alimenta el alma y nos da vida, y es por eso que hoy os queremos ofrecer algunos consejos y ¡recomendaciones indispensables para poder encender la chimenea de leña sin estresarse! A veces cuesta encenderla y hacer que el fuego se mantenga, pero siguiendo estos consejos os será mucho más fácil:
1. La leña

Escogedla de buena calidad. La que es dura quema mejor, hace menos humo, más llama y ensucia menos la chimenea. Encina y roble son las mejores. Son las que utilizamos en nuestras casas. También es importante que esté seca y sea de la temporada anterior, es decir, que se haya cortado el año antes ya que así ha perdido mucha humedad interior. Si es del mismo año os costará mucho encender el fuego o quizás no lo conseguiréis. Si tenéis tiempo y deseáis relajaros un rato, es casi imprescindible ir a buscar ramas pequeñas y piñas para hacer una almohadilla para poner la leña gorda encima.
2. Mantenimiento de la chimenea

Para evitar riesgos de incendios con el hollín, tenéis que hacer un buen mantenimiento de vuestra chimenea. Además, así favorecéis un buen tiro (es decir, que el conducto de humo esté limpio para facilitar que el humo salga fácilmente). Si la utilizáis de forma intensiva a diario es recomendable hacer una limpieza anual. Si la encendéis de forma ocasional los fines de semana la podéis limpiar una vez cada tres o cinco años. Eso sí, lo ideal es que lo haga un deshollinador profesional. Si buscáis un poco no son excesivamente caros. También es importante que no haya ningún objeto inflamable cerca para no poner en riesgo vuestra seguridad y que no haya ceniza de encendidos anteriores para que el oxígeno circule fácilmente.
3. La colocación de la leña

La colocación de la leña de la manera correcta es importante, ya que os hará el encendido mucho más fácil y rápido. Si habéis podido ir a buscar ramas y piñas, podéis hacer un cojín en la base y después colocar tres troncos de leña encima formando una cabaña (como un tipi). Otra opción es poner un tronco en horizontal al final y dos troncos encima en cruz, en el espacio que quede bajo los dos troncos coloca las ramas pequeñas. Si por el contrario no tenéis ramitas, podéis colocar directamente dos troncos paralelos con un espacio en medio y luego hacer la cabaña con tres troncos más encima. En cualquiera de los casos lo más importante es que en medio de los troncos quede espacio para que la primera llama no se ahogue y circule bien el aire.
4. El encendido

Nosotros, una vez tenemos la cabaña hecha con los troncos, ponemos en medio una pastilla grande de encendido. Si hemos puesto las ramillas la podemos poner en medio. La encendemos, abrimos el tiro al máximo y, si es necesario, dejamos la puerta de la chimenea un poco abierta (si la hay) o abrimos un poco el cajón para que circule la máxima cantidad de aire posible. Si el fuego cuesta de mantenerse encendido, podéis utilizar una herramienta para aventar, o también es muy útil un secador de pelo.
Cuando el fuego ya haya cogido y la llama esté bien viva, podéis aprovechar para poner un tronco gordo encima, así se mantendrá el fuego un buen rato, ¡y solo tendréis que estar atentos de disfrutar y relajaros con el calor que os dará la chimenea bien encendida!