Casas rurales en Sant Feliu de Buixalleu

Ha sido un fin de semana genial. Neus es muy amable, encantadora, servicial, atenta y con muy buena comunicación. El único inconveniente que tuvimos es que la primera noche no funcionaban algunas calefacciones, pero rápidamente Neus nos envió un electricista para que lo solucionara. La casa está muy bien preparada y equipada para grupos grandes, no echamos nada en falta, había de todo. Ha sido un placer, esperamos volver, y si puede ser, esta vez en verano para poder disfrutar de la piscina.

La casa es fantástica, y está muy bien equipada, ideal para ir con la familia y con niños. Neus es muy agradable y muy atenta en todo lo que hemos necesitado. ¡Repetiremos seguro!.

Somos unos abuelos que nos hace mucha ilusión encontrarnos toda la familia y disfrutar de su compañía. En Can Cunill encontramos el espacio necesario para todos y también poder disfrutar del jardín que este año estaba muy bonito. Neus es muy servicial y nos atiende muy bien. Esperamos poder volver, si la salud nos lo permite. Para nosotros nos va mejor hacer 2 noches pues todos trabajando y la primera noche no podían estar todos y nosotros no podemos ir solos. Inmaculada Ripoll

Hemos estado una semana y hemos estado muy bien. El entorno y la casa son magníficos, igual que la persona (Mónica) que está al cuidado de la casa y que te recibe cuando llegas.

Ideal para pasarlo bien, descansar y desconectar. La casa está muy bien equipada, la piscina y los exteriores geniales para disfrutar en grupo. Los niños se lo pasaron genial, tanto fuera como dentro, con la sala de juegos. Cocina y zonas comunes grandes y espaciosas. No todas las ventanas tienen mosquiteras, pero no es problema porque hay mosquiteras en las camas. La casa y textiles muy limpios, camas muy cómodas. Volveríamos sin dudar.

Una casa espaciosa y auténtica enclavada en el corazón de La Selva, rodeada de flores, árboles centenarios y el relajante canto de los pájaros. Con amplias zonas exteriores e instalaciones deportivas, ofrece paz y naturaleza en estado puro: solo la casa, el terreno y la vida en plena floración.